

Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi)
Libro de Génesis 14,18-20.
Salmo 110(109),1.2.3.4. ¡Señor tú eres sacerdote para siempre!
Carta I de San Pablo a los Corintios 11,23-26.
Evangelio según San Lucas 9,11b-17.
Jesús habló a la multitud acerca del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser curados.
Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: "Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto".
El les respondió: "Denles de comer ustedes mismos". Pero ellos dijeron: "No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente".
Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: "Háganlos sentar en grupos de cincuenta".
Y ellos hicieron sentar a todos.
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud.
Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.
Aplicación a nuestra vida
Confianza en la Providencia: Aunque no veamos soluciones, Dios actúa cuando le entregamos lo poco que tenemos.
Caridad concreta: Jesús nos llama a ser generosos, a compartir incluso desde nuestra pobreza.
Vida Eucarística: Cada vez que participamos en la Misa, recibimos el Pan de Vida que nos fortalece.
Misión compartida: Como los discípulos, estamos llamados a ser manos que distribuyen el amor de Cristo al mundo.
Que este milagro renueve nuestra fe en Aquel que, siendo Pan partido por nosotros, nos invita a confiar, compartir y vivir en su amor infinito. ¡Nada es imposible para Dios!
"Señor, aumenta nuestra fe, para que, como los discípulos, aprendamos a poner en tus manos nuestros cinco panes y dos peces, confiando en que Tú los multiplicarás para el bien de muchos. Amén."