“¡Soy libre! ¡Soy libre!”

El texto es un fragmento de una crítica contundente sobre Latinoamérica. El autor, Hugo Marino, considera que Latinoamérica, incluyendo Argentina, es un fracaso y una mentira. Argumenta que la clase política es corrupta, la sociedad hipócrita y las instituciones como la universidad, la iglesia y la justicia han fallado. Utiliza como ejemplo el anhelo de la población latinoamericana por emigrar a Estados Unidos, y la diferencia entre el discurso crítico hacia ese país y la realidad del deseo de escapar a él.

INFORMACION30/10/2024
Soy libre (convert.io)

Toda Latinoamérica desde México hasta Tierra del Fuego es una gran fracaso y una gran mentira. Argentina incluída. Vivimos gobernados por políticos que en general entran al poder para robar  pero antes y después mienten.. Miente miente  que algo quedará decía Goebbels..Otra muestra del fracaso es la hipocresía y el cinismo de nuestras sociedades latinas donde se vive defenestrando a los Yanquis,  y por otro lado todos se desesperan por ir a vivir, a pasear a ese país , o tener sus adminículos, i Phones Apple y otros chiches ... La clase baja latina cuando está arruinada hace cola en la frontera yanqui.. La clase media cuando la nena cumple quince no come para mandarla a Disney y la clase política cuando deja el poder con todo lo robado se va a vivir a Miami que sería la capital de Latinoamérica. Otro ejemplo de la hipocresía latinoamericana y de argenzuela es que .la mayoría dicen ser buenos pero cuando se cae un camión de alimentos casi todos se abalanzan a robar y no a ayudar.. Por último,  fracasó en toda latinoamérica  la universidad, la iglesia  y la justicia  .. Porque las facultades donde salen los dirigentes  suelen inculcar el odio a Estados Unidos y después en el poder son los primeros aduladores. Por otro lado, la inmoralidad latina muestra el fracaso de la iglesia que no transmitió valores como se debe. Y de la justicia, ni hablar, directamente ,no funciona. El relato que sigue es el mejor resumen y ejemplo de todo esto Una hilera de personas con valijas aguarda en México, antes de la entrada a la sala de control de pasaportes de Estados Unido.. Del otro lado, en Estados Unidos, una familia de cubanos aguarda la llegada de un familiar con globos y remeras estampadas con la bandera norteamericana. Un grito rompe la monotonía de la espera. “¡Soy libre! ¡Soy libre!”, vocifera una mujer, en éxtasis, mientras sube la rampa que va de la frontera a las calles de Nogales, con una valija pequeña y una mochila. Se abraza con la familia cubana, aunque no sabe quiénes son, y después se arroja al piso de rodillas. “¡Eres lo máximo señor del cielo! ¡Gracias señor, gracias mi Dios del cielo! ¡Solo tú, señor! ¡Sólo tú, señor! ¡Gracias, gracias señor por este suelo americano!”, exclama. 
Hugo Marino

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