
NI PUEBLO NI NACIÓN SOLO MULTITUD DE CHORROS Y MOTOCHORROS
NOTAS PUBLICADAS29/09/2023
Luis Dri el Cardenal confesor a sus 96 años, este veterano sacerdote se sumará al Colegio Cardenalicio por decisión del Papa Francisco. A pesar de su avanzada edad, confiesa todos los días en el santuario Nuestra Señora de Pompeya..El nos dijo por estos días; «No basta con decir libertad, libertad», «desgraciadamente este pueblo ya no es pueblo y Argentina no es una nación. Cada uno piensa en sí mismo, ciego y sin tener en cuenta al otro». Lo dice con los ojos del confesor que considera el perdón como «un freno contra el mal social, contra el egoísmo que desborda en un proyecto político, contra visiones que excluyen, marginan y apuntan al bienestar de unos pocos». Alguien dijo una vez que las ciudades argentinas no son un conjunto de personas sino un amontonamiento de soledades.. Se podría decir, haciendo un paralelismo que ya no somos sociedad sino un amontonamiento de individualidades. La soberbia , el egoísmo y el individualismo de la mayoría ha hecho que todo se destruya hasta lo inimaginable Aunque nos duela existe una discapacidad social evidente. El fondo de la cuestión es el alejamiento masivo de Dios por parte de la sociedad, lo que produce decadencia moral injusticia y finalmente decadencia cultural y económica, Negar todo esto es acumular más soberbia sobre nuestras cabezas y querer tapar. el sol con las manos. Un hecho estremecedor fruto de todo lo expuesto es la infernal descripción que hace Miguel Wiñazky en Clarín de 200 motochorros entre 12 y 18 años robando y rompiéndole los vidrios a los autos . Descripción dantesca, que prueba a lo que hemos llegado con este populismo perverso y con una sociedad sin empatía y anestesiada. Lo relataba así:» Una horda atronadora de doscientos motochorros invadió la autopista del Oeste. Un empresario, Sergio, entrevistado por Mercedes Ninci contó la tremenda escena: «Domingo 17/9, cinco de la tarde, entre La Reja y Moreno subieron las motos, empezaron a correr y a hacer piruetas amenazantes entre los autos. Se parapetaban delante de los vehículos. Rompían los vidrios de los que bajaban la velocidad y robaban lo que estaba adentro». Roban los de arriba roban los de abajo, ¿todos roban? La represa de contención del mal se ha roto desborda y nos ahoga. ¡Ay Patria mía!!!
Hugo Marino





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